A pesar de que en su último informe de gobierno se soltó a llorar en el estrado (suponemos que por los remordimientos), ni con eso nos conmovió. El presidente que aseguró que defendería al peso como un perro y a juzgar por las desastrosas devaluaciones en su sexenio y la nacionalización de la banca, no lo logró (quizás lo hizo como un cachorro de chihuahua y no como un pitbull) es otro de los villanos legendarios de la presidencia que incluso, nos torturó cono un disco donde cantaba baladas a favor de su partido (es en serio).
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